Antes de emprender deberían tenerse en cuenta los diferentes consejos y motivos por los que emprender o no emprender es la mejor opción.
Parece que la palabra EMPRENDER ha tomado un nuevo significado en los últimos años. Es más, me atrevería a decir que hay gente que incluso piense que la han añadido al diccionario de la Real Academia Española de la lengua en la última década, fruto de los últimos planes de estudio y de la promoción y apoyo desde todo tipo de instituciones, tanto públicas como privadas.
Por otra parte, en determinados ámbitos, siento que ha surgido en el sentir común una carga, una obligación, una sensación de que si no comienzas algo, no tomas alguna iniciativa por cuenta propia, no tienen mérito tus acciones. Situación ésta, agravada en los últimos tiempos por la degradación de las condiciones laborales de los trabajadores por cuenta ajena, que ha empujado a muchos a tomar decisiones e iniciativas por cuenta propia, apurados por la necesidad y las prisas, que no siempre han llegado a buen puerto.
Tomando como referencia lo expuesto anteriormente, y teniendo en cuenta mi propia experiencia, me atrevo a lanzar una serie de consejos, a modo de reflexión, sin que ello suponga ningún alarde de conocimiento:
Algunos de los motivos o situaciones por los que no deberías emprender.
NO EMPRENDAS por una especie de obligación moral, no te sientas inferior por no hacerlo.
NO EMPRENDAS porque alguien te lo aconseje o te lo muestre como única salida, puesto que no es más que otra alternativa.
NO EMPRENDAS por “probar algo”, dicho intento sólo te llevará al fracaso.
NO EMPRENDAS si no estás dispuesto a sacrificarlo TODO, sí TODO, con mayúsculas, puesto que será tu entorno más cercano el que más lo “sufrirá”, y quizá no estés lo suficientemente mentalizado ni preparado psicológicamente (matizaré esto y trataré el asunto de las renuncias y sacrificios de los emprendedores en posteriores entregas).
Por otra parte, y de manera contrapuesta a los consejos anteriores, me veo en la obligación de destacar la parte positiva del proceso:
NO EMPRENDAS si no estás convencido, con decisión y predisposición al esfuerzo, puesto que, a veces, la tarea será difícil… a menudo titánica.
Estas son algunas de las razones en las que deberías apoyarte para emprender.
EMPRENDE si tienes un conocimiento claro y extenso sobre tu idea o negocio, en caso contrario, rodéate de los mejores profesionales e incluso de recursos gratuitos (Servicios de emprendimiento de las Universidades, Ayuntamientos, Diputaciones, Asociaciones de Empresarios y Autónomos, Aceleradoras Públicas (programas de aceleración) Escuelas de Negocios, como la Escuela de Organización Industrial (con programas gratuitos de formación y mentorización tales como Iniciativa Emprendedora o Espacios Coworking), Cámaras de Comercio y un largo etcétera, además de todos los recursos accesibles y de gran calidad que se encuentran en Internet.
EMPRENDE si has fracasado alguna vez. Es más, quizá tengas el perfil perfecto del emprendedor, puesto que más difícil es hacerlo por segunda vez, habiendo conocido el sabor del fracaso (bien es cierto que si aprendemos del mismo y corregimos errores todo será más fácil, puesto que nadie puede hacer algo perfecto en su primera vez)
EMPRENDE si tienes abierta tu mente y estás dispuesto a escuchar miles de críticas, consejos buenos y malos, solicitados o no, como estos que te traigo, y predisposición a aprender, puesto que “el hambre agudiza el ingenio”.
EMPRENDE si quieres tener experiencias que de otra manera no experimentarías, conocer a personas y compañeros de viaje que de otra forma no conocerías, contagiar y contagiarte de una ilusión, ganas y motivación que quizá nunca llegarías a encontrar en profesionales que trabajen por cuenta ajena.
En definitiva, EMPRENDE y disfruta del viaje, porque como dice la cita anónima: «Los viajes son como los libros, se inician con cierta incertidumbre, y se finalizan con nostalgia».
Para finalizar, y en contra de como suele hacerse, os voy a dejar con la definición de EMPRESA del Diccionario de la Real Academia de la Lengua: Definición de Empresa. Para mí, frente a la segunda acepción, la de significado económico y organizacional: “2. f. Unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos”, el significado más acertado es el primero, el que mejor describe y predispone para lo que se le viene encima a cualquier persona que quiera EMPRENDER: “1. f. Acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo.”
Opinión.
David Franco Mateos. Socio Responsable del Área de Empresas de TEGÕ.