Suponemos que si has llegado hasta aquí es, o bien porque tienes mucho interés en el tema de marcas y nombres comerciales, o, por otro lado, porque te estás planteando muy seriamente registrar una marca comercial, ya sea porque por fin has conseguido crear tu propio negocio, y necesitas ese primer registro, o porque, después de mucho tiempo usando tu marca o tu nombre comercial has creído que es el momento de dotarle de la protección que merece.
Si, por el contrario, aun no te has decidido, seguramente este post ayudará a inclinar la balanza. Pero, lo primero es lo primero:
¿Sabes qué es una marca comercial?
A menudo, los que se adentran en este mundo que es crear una nueva marca (ya sea registrándola o no haciéndolo) lo hacen sin saber realmente qué es esa marca qué está creando o qué implica.
La definición de marca nos la da su propia Ley en su artículo 4, en él se detalla como marca todos los signos, palabras, dibujos, letras, cifras colores y forma del producto o de su embalaje o sonidos, a condición de que todo esto sirva de manera apropiada para distinguir los productos o los servicios de una empresa de los de otras empresas, y, además; pueda ser representado en el Registro de Marcas de manera que sea posible determinar de forma clara el objeto de la protección que este Registro ofrece.
Entendemos que esta definición pueda parecer compleja, por lo que intentaremos ilustrarlo. Pongamos como ejemplo un refresco cuyos colores son un fondo rojo sobre el que se sitúa el nombre de la marca en letras blancas y cursiva. Estamos seguros de que no te hace falta leer el nombre para saber a qué marca nos referimos, de hecho ¿Cuánto tiempo llevas sin leer realmente el nombre de la marca en sus envases? Cuando entras en una tienda y ves esos colores junto al tipo de letra, reconoces al instante el producto sin tener que leerlo.
Por supuesto, también existen una serie de prohibiciones registrales. Una serie de casuísticas que impiden que esa marca sea registrada, distinguiéndolas dentro de la ley entre absolutas, cuando se refieren a imposibilidades de la propia marca; o relativas cuando el problema radica más en cuestiones privadas, como es el interés de un particular. Ejemplo del primer tipo sería el uso como marca de indicaciones que lleven a error, por ejemplo sobre la calidad o el origen geográfica del producto. Pero más interesantes son las relativas, puesto que son realmente la base del porqué registrar tu marca. Y es que, a menos que seas una marca de renombre, da igual que lleves años usando tu marca, cualquier que la tenga registrada antes que tú puede impedir que registres la tuya, pese a que lleve usándola menos tiempo, salvo contadas excepciones y bajo condiciones muy concretas.
Y por otro lado, ¿En qué se diferencia del nombre comercial?
Pues es tan sencillo como el nombre de tu empresa podría ser el nombre comercial, mientras que la marca se refiere más al servicio o producto.
Con todo esto, ¿Qué ventajas te va a ofrecer registrar tu marca o proteger tu nombre comercial?
Básicamente, por un único desembolso, te proporciona 10 años de seguridad, protección, valor, prestigio y tranquilidad. Creo que la rentabilidad está asegurada.
Y llegados a este punto -y si hemos hecho bien nuestro trabajo- te preguntaras ¿Y cómo registro mi marca o mi nombre comercial?
Pues en TEGÕ trabajamos para darte esa respuesta y todas las demás que puedan surgirte. Y solo necesitamos que nos cuentes un poco más sobre tu proyecto: el nombre, los signos distintivos, donde piensas operar y qué productos o servicios piensas comercializar.
Algo sencillo para todo lo que puedes ganar, ¿No crees?
Equipo TEGÕ, Área de Propiedad Industrial e Intelectual
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